Suma de geografía, suelo, variedad y viticultura
Cada viña es una ubicación única. Un conjunto de cepas de la misma edad, plantadas en un entorno singular y cultivadas bajo criterios de calidad y precisión: estas condiciones pueden dar la medida de un gran vino. Entorno, concreción, identidad. Así definimos un esfuerzo de décadas que hoy permite elaborar nuestros vinos de Marqués de Elciego, procedentes de la finca de El Gallo, en Elciego (Rioja Alavesa). Son la expresión diáfana de un hito: facilitar la confluencia entre la geografía, la naturaleza y el trabajo de varias generaciones.
Las laderas de la luz
Nuestra zona de origen, la Rioja Alavesa, es un pequeño territorio que desde las paredes rocosas de las sierras de Toloño y Cantabria, desciende en una suave pendiente hasta la orilla del río Ebro. El viñedo domina todo el espacio. Entre pueblo y pueblo, la vid ha establecido una relación con el paisaje que siglos de adaptación y práctica han conseguido coagular hasta el extremo: la Rioja Alavesa es hoy sinónimo de vino, de vinos tintos de tempranillo vibrantes y armónicos.
Clima
¿Cómo una región de latitud tan norteña como la Rioja Alavesa puede ofrecer tan alta calidad y expresión vitivinícola? Las particularidades geográficas tienen la respuesta, al condicionar un microclima especialmente beneficioso para la vid.
La comarca es una estrecha franja encajada entre dos accidentes de gran influencia, la sierra de Cantabria y el río Ebro. Encajada pero, sobre todo, protegida: mientras la sierra abriga el viñedo de los fríos y húmedos vientos del norte atlántico.
Tempranillo, la variedad del equilibrio
Por las pequeñas parcelas de la Rioja Alavesa se diseminan incontables hileras de vid. Todas son iguales y todas son diferentes. Están formadas por cepas de porte alzado, no demasiado grandes, de brazos ágiles, hojas angulosas y oscuras y racimos azulados que semejan una letra T, quien sabe si remitiéndose por una especie de conocimiento natural oculto a la letra inicial del nombre que los lugareños pusieron un día a su variedad más cercana: tempranillo.
Una ubicación soleada y abierta en las tierras más altas del municipio de Elciego
El Gallo, a 540 metros de altitud, está en la parte más elevada del municipio de Elciego, a dos kilómetros al oeste del casco urbano, sobre una ancha loma que asoma por encima del valle del río Ebro. Es una finca de 24 hectáreas de viñedo, casi todo tempranillo excepto en un pago en su centro con 2.000 cepas de la variedad blanca viura, también autóctona de la región.
Calizas pobres, bajo rendimiento, diferencias entre parajes
En esta zona alta de Elciego, los terrenos enfatizan su componente calcárea, un factor que redunda en la calidad de la producción de las cepas. Son suelos pobres en aportes orgánicos, de escasa fertilidad, con una matriz de rocas claras poco consistentes, que permiten a las raíces profundizar en busca de nutrientes. A su lado, el elemento arcilloso permite filtrar eficazmente el agua de la lluvia, especialmente durante las precipitaciones tormentosas de septiembre, cuando la planta, cerca ya de la vendimia, no necesita de más agua.
Adaptación al medio, un riguroso control del rendimiento y la precisión esencial para conseguir la mejor fruta
En El Gallo desarrollamos una agricultura de precisión con el objetivo de producir la mejor fruta. Calidad, personalidad, excepción: los valores culminantes de esta práctica dependen de una meticulosa gestión de la tierra y del cultivo, que aspira a compenetrarse sin fisuras con las condiciones del suelo y del clima.
Del núcleo de la parcela Caracol, el conjunto de vides más antiguas de la propiedad, proceden las uvas que integran este Edición Limitada. Es un ejercicio de exclusividad y detalle que sabe describir con la mayor transparencia el sentido de la tipicidad. Todo es lugar y respeto, potencia y fidelidad, y una elaboración que da cuenta del carácter más puro del tempranillo de Rioja Alavesa
Cata y maridaje
Ofrece un color rojo burdeos límpido y brillante, de media intensidad, y un aroma muy complejo e intenso . En él ensamblan perfectamente aromas de fruta muy madura (ciruelas y pasas) y esencias muy finas de crianza en roble francés (especias, hierbas aromáticas, tabaco rubio). Su boca presenta una estructura potente que permite una muy buena evolución en el tiempo. Los taninos, muy redondeados, completan un vino muy suave y elegante, muestra del gran potencial de la variedad tempranillo para envejecer. Marida especialmente bien con carnes a la brasa, pescados fuertes y todo tipo de quesos curados.
Información técnica
Los suelos de la parcela Caracol son de tipo calcáreo y textura franco-arcillosa, poco profundos, muy pobres en materia orgánica y con abundantes grijos y cantos rodados. La uva procede de cepas de más de 40 años de edad plantadas en vaso, el sistema de conducción tradicional. Vendimiamos a mano, seleccionando solo los racimos más enteros y con una mejor maduración. El rendimiento es muy bajo: no supera los 3.000 Kg por hectárea. El proceso de fermentación y maceración se desarrolla durante 20 días en depósitos de acero inoxidable con remontados diarios para la óptima extracción de color y taninos. La fermentación maloláctica posterior se lleva a cabo en depósito y con dos trasiegas antes de entrar en barrica. El vino tiene una crianza de 18 meses en barrica de roble francés nueva (50%) y de un año (50%), de 225 litros de capacidad. Antes de su salida al mercado, pasa un mínimo de un año en botellero.